La cubierta de invierno para piscinas, preferida para proteger las piscinas exteriores que no se utilizan durante los meses fríos y para reducir los costes de mantenimiento, es un producto de seguridad y protección fabricado con un material especial que cubre completamente la superficie de la piscina. Protege la estructura de la piscina evitando la contaminación causada por factores externos, la evaporación del agua y la entrada de residuos como hojas, polvo o nieve.
¿Para qué sirve una Cubierta de Invierno para Piscinas?
¿Cuáles son las Ventajas de la Cubierta de Invierno para Piscinas?
¿Qué Tipo de Cubiertas Deben Utilizarse en Piscinas durante el Invierno?
Las cubiertas utilizadas en invierno deben ser duraderas, impermeables y resistentes a los rayos UV y a las bajas temperaturas. Dependiendo del propósito de uso, las cubiertas térmicas, las cubiertas tipo lona o las cubiertas de seguridad manuales/motorizadas deben elegirse según el tamaño de la piscina y las condiciones climáticas del lugar.
¿En Qué Tipos de Piscinas Debe Utilizarse una Cubierta?
El uso de cubiertas en este tipo de piscinas no solo prolonga su vida útil, sino que también ayuda a preservar su rendimiento durante los cambios de estación. En piscinas cubiertas, algunas cubiertas también pueden ser preferidas para reducir la evaporación.
PREGUNTAS FRECUENTES
¿Cuáles son las Diferencias entre Lona para Piscinas y Cubierta para Piscinas?
La cubierta para piscina es un producto de protección que se adapta perfectamente a la superficie del agua, diseñado teniendo en cuenta la estética y durabilidad. En cambio, la lona para piscinas ofrece soluciones más temporales y económicas. Es menos resistente que la cubierta y puede no proporcionar una integridad estética. Mientras que las cubiertas también ofrecen aislamiento térmico y seguridad, las lonas proporcionan estas características de forma limitada.
¿Es Importante la Cubierta para el Mantenimiento Invernal de Piscinas?
El uso de una cubierta en piscinas que no se utilizan durante el invierno no solo reduce la carga de mantenimiento, sino que también contribuye a preservar el revestimiento interior, los equipos y la calidad del agua. Asimismo, permite que la piscina esté lista para su uso al inicio de la temporada con una intervención mínima.